Ojos perdidos en un vacío eterno, la mirada enajenada de un protagonista que se asoma al abismo de la demencia.
En la noche de los tiempos es una de las mejores muestras de los laberintos de intriga y horror de H.P. Lovecraft y muestra el verdadero horror cósmico en la mirada del protagonista, convertida en el verdadero epicentro de las viñetas y páginas de este trabajo de Gou Tanabe.
Esta novela gráfica, como todos los trabajos de su autor adaptando la obra de Lovecraft, materializa el tango de pesadilla que los personajes de Lovecraft bailan con la demencia, constituyéndose en uno de los mejores delirios del escritor.
Confirma mi sensación de que las adaptaciones de Lovecraft desarrolladas por Tanabe piden ser leídas como si estuviéramos viendo una película.
Narrativamente el relato se despliega nuevamente en una forma que recuerda la forma del esqueleto de los muy lovecraftianos trilobites del paleozoico, lo cual encaja bien con el tema y paisaje de viajes al pasado que se nos propone.
El esqueleto de la trama se despliega como el de los trilobites y en tres viajes en tiempo y espacio que permiten a Lovecraft y por extensión a Tanabe percutir y cavar el túnel del enigma que nos plantean hasta convertirlo en una inquietante y amenazadora galería de horror.
Los dibujos de Tanabe materializan la alianza de intriga, ciencia ficción y terror que marca los distintos actos de esta historia, dándole otra vuelta de tuerca a temas como el doble, las posesiones, la demencia, junto con las fantasías de abducción y las invasiones alienígenas.
En la noche de los tiempos nos permite reencontrarnos con todos estos temas recurrentes del terror, la fantasía y la ciencia ficción como si fuera la primera vez que nos encontramos con ellos. Y ver todo de nuevo con otros ojos es un buen regalo.
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