RYU MURAKAMI: AUTODESTRUCCIÓN Y POESÍA

Podría decir que es una de las novelas más perturbadoras que he leído, pero estaría mintiendo y además precisamente este libro me ha recordado que no hay libros ni palabras perturbadoras, sino maneras perturbadas de leer esos libros y esas palabras. A mis 61 años y en un mundo que la mayor parte del tiempo me parece más falso que el alma del propio Judas -quien por otra parte siempre me ha parecido un cabeza de turco como otro cualquiera y un elemento imprescindible sin el cual la narrativa no avanzaría ¿Qué sería de los traicionados sin los abnegados traidores?-, considero un regalo toda posibilidad de que algo me saque de la monotonía previsible y ponga en fuga al último residuo de puritanismo imbécil que todavía puedas ocultarse en alguna parte de mis pensamientos desde la que espera agazapado para pillarme desprevenido dispuesto a gritarme sus gilipolleces. Reconozco que me ha costado superar las veinte primeras páginas de vómitos y orgías de este libro. Con...