LOS ETERNOS: EL FACTOR HERODES

Roy Thomas y Dann Thomas ponen el guión y Mark Texeira el dibujo en la atracción principal de este circo de tres pistas visual y argumental que es este tomo protagonizado por Los Eternos, que en cine fueron secuestrados para dar pie a una decente película de ciencia ficción que no tenía finalmente mucho que ver con ellos, pero no por eso era tan mala como algunos pretendieron. 

Yo con los tomates que me cayeron por defenderla me preparé una ensalada, pero sigo pensando que era una película digna, si bien, como viene ocurriendo en el audiovisual de Marvel Studios decidieron olvidarse totalmente de aquello que adaptaba y prepararon una cosa distinta a la que proponen las viñetas. 

En este tomo y concretamente en El factor Herodes, primer arco argumental del mismo, destaca esa eficacia del cómic bien ejecutado para poner al lector en situación y trasladarnos en poco más de cuatro páginas a mundos que nunca podremos ver en esa misma magnitud recreados en el cine continuamente en todo el metraje de la película -salvo quizá en los pantagruélicos y multimillonarios despliegues de James Cameron en Avatar-, porque los presupuestos y la propia necesidad de ritmo y continuidad del audiovisual no lo contemplan. 


Un arranque así, tomando como referencia la Revolución Francesa y la guillotina para trasladarlas al mundo de los Desviantes en la mitológica Lemuria hundida en las más remotas profundidades del mar, engancha por su toque de relato pulp disparatado, que es característico de las peripecias de Los Eternos y en la variante cinematográfica se sustituyó por un cóctel de ciencia ficción y una versión de hacendado de La Liga de la Justicia de la DC. 
Menos dinero y más pulp era la clave. 
No siguieron el camino marcado por el cómic. 
Pero el cómic sí se permite el lujo de tomar como referencia el cine y sus clásicos, como Metrópolis, de Fritz Lang, que encaja bien con el espíritu de estos personajes. 

O el cine de terror de serie B, que también le cuadra al tono de fusión pulp de fantasía, ciencia ficción y mitología con referencia a la siempre eficaz cita de las civilizaciones perdidas.
Y en el segundo arco argumental y
del tomo, cruce con Los Vengadores, incluso pueden invocar la alusión visual al cine de ciencia ficción de los años cincuenta asociada a la hibridación del género de capa y espada.

Llegado el caso pueden tirar hasta de los guiños al cine péplum de gladiadores, demostrando una capacidad para acumular referencias propia del cine de explotación de los años cincuenta, sesenta y setenta. 
Y para rematar este repaso de viñetas y páginas que constituyen algunos de los aportes más divertidos de este tomo, un resumen de la habitualmente enrevesada trama de origen de Los Eternos para que los debutantes en su narrativa no se pierdan. Todo muy claro resumido en una doble página en el tercer arco argumental. 

Por cierto, mi agradecimiento al colega Telly Chavalas, que me prestó este cómic hace un año y pico y ha tenido la paciencia de no mandarme a la puerta de casa a dos sicarios para que se lo devuelva. 
Gracias tío. Ya sabes: mucho que leer y poco tiempo. 
Esta semana te lo llevo de vuelta. 


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