¿LA FICCIÓN SE INFILTRA EN LA REALIDAD O LA REALIDAD SE INFILTRA EN LA FICCIÓN?
Vaya, de repente me han entrado muchas ganas de volver a ver todos los capítulos de Universo del Espejo en las series de Star Trek.
La niebla (1980), de John Carpenter, es una escuela de cine de terror en sus primeros diez minutos de metraje, más o menos. Un ejemplo de cómo incorporar al espectador al relato convirtiéndonos en cómplices de la fábula.
"Son las doce menos cinco. Casi medianoche. Hora para contar una historia. Una de las historias que sirven para quitar el frío".
El personaje que habla a los niños nos habla a nosotros.
El director consigue desde el primer momento meternos en la trama con su manera de convertir a los críos que escuchan en espejo en el que nos miramos pasando del plano del adulto al plano de los niños.
El movimiento de la cámara acerca al niño, de perfil, al centro, destacándolo frente al resto de los niños en el plano, que finalmente quedaran desenfocados en segundo término. Y establece un vínculo estrecho e intenso entre el perfil del niño y el narrador adulto también de perfil.
La cámara, que ya en ese primer momento adopta un movimiento fluido imitando el movimiento de la niebla, principal amenaza de la película, hace luego una panorámica vertical que conduce a un plano de composición propia del cine clásico de Hollywood sobre la playa, enmarcando el nombre del director y el título.
Otro aspecto a destacar en la cualidad de escuela de recursos del terror que tiene el arranque de la película es el sonido. El sonido de la música y la voz de la locutora de la radio conduce al mismo tiempo que marca la pauta de tensión en los momentos finales de la película, sirviendo en los momentos iniciales para facilitar al espectador información sobre la trama.
Pero junto a la radio, Carpenter, que compone la música con su habitual inclinación por el minimalismo al servicio de la eficacia y el pragmatismo que en general caracteriza a su cine, puntúa ligeramente desde la disonancia momentos como el del descubrimiento del diario del sacerdote en la pared o la música romántica que suena en la radio mientras uno de los personajes es asesinado.
Pero además de la radio, en el principio del relato se acumulan las señales de aviso y presentación de lo sobrenatural acentuando la tensión desde el conflicto entre el carácter diegético de objetos que aparecen en el plano con sus sonidos exagerados para subrayar el paso del orden al caos, la irrupción de lo imprevisible en lo previsible.
Antes de que Steven Spielberg y George Lucas se pusieran de acuerdo para rodar la primera aventura de Indiana Jones, En busca del Arca perdida, los chavales de entre doce y catorce años ya andábamos locos allá por los años setenta consumiendo las adaptaciones al cómic que publicó la editorial Marvel de un héroe del pulp que tenía el mismo espíritu, Doc Savage, el Hombre de Bronce. Sus creadores fueron dos editores de Street and Smith Publications, Henry W. Ralston y John L. Nanovic, pero para la posteridad el «padre» literario del personaje fue el escritor Lester Dent, que escribió mas de 180 novelas del personaje firmando con un seudónimo de la editorial, Kenneth Robeson. Luego la Marvel le sacó el jugo al asunto dando a luz una colecciónd de cómics esencial para entender el género de aventuras en las viñetas de los años setenta.
SUPERMÁN ANTES DE SUPERMÁN
Es seguro que Doc Savage influyó en Indiana Jones, pero además se especula con que podría haber influido también desde sus novelas pulp en el personaje de Supermán.Está mañana llegaba a librerías uno de los mangas que con más interés esperaba en este verano: Shark Panic, de Tsukasa Saimura. Homenaje a...