¡Qué penita! No se libran ni los simios.
La culpa de todo esto la tiene el conejo de peluche de 007 en Sin tiempo para morir. Ahí lo tenemos, infiltrado y completando en plan siniestro con un colega.
¡Qué penita! No se libran ni los simios.
La culpa de todo esto la tiene el conejo de peluche de 007 en Sin tiempo para morir. Ahí lo tenemos, infiltrado y completando en plan siniestro con un colega.
Colecciono, luego existo. Mi hija y mi santa esposa han querido regalarme en el Día del padre estas dos nuevas piezas para mi colección de la Payancueva.
Una viene con mensaje, que suscribo totalmente.
La otra aumenta la horda de funkos con un personaje muy curioso que vuelve a plantearme el habitual dilema de liberar.o no las figuras de sus cajas.
Ahora toca buscarles sitio.
Mañana tengo clase a las 8:30, para celebrar que empieza la semana, y a las 7:30 al entrar en el Metro me encontraré con esto y pensaré lo mismo que pienso cada mañana cuando madrugo: el Ojo del Terror de Warhammer guiñándome nada para empezar el día.
O un bicho de Lovecraft haciendo amigos.
Estupendo.
Está mañana llegaba a librerías uno de los mangas que con más interés esperaba en este verano: Shark Panic, de Tsukasa Saimura. Homenaje a...