SURFEANDO LA DEPRESIÓN POSTNAVIDEÑA
Plaza de Callao. Madrid. 11:47.
Después de meterme madrugazo a las siete de la mañana para dar clase a las 8:30 y luego tener dos horas de hueco entre clases hasta las 10 y las 12 en el sudoku existencial de cada martes por la mañana organizado por mano ajena (mi empatía se sumerge en el abismo cuando pienso en eso), procedo a malgastar el tiempo que no tengo (en realidad el tiempo y el espacio son objetos de lujo solo disfrutables plenamente por las grandes fortunas, y el resto nos tenemos que conformar con las migajas, como en todo lo demás), procedo a patear calle para al menos hacer algo de ejercicio, y me tropiezo con esta entrañable imagen que muestra cómo la fábula de la navidad se ha convertido ya en prefabricada nada que empieza a desmontarse para proceder de inmediato a montar la siguiente fábula a un par de metros.
El caso es mantener a los zombinormis entretenidos.
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