Astronautas en un mundo sumido en plena carrera espacial y un monstruo creado por los experimentos con armas de destrucción masiva, eco de las pruebas nucleares y el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki. Dos claves de ciencia ficción en las colecciones con las que dio comienzo del universo Marvel, género esencial en el ADN del mismo. Sin trajes vistosos de mallas y colorines. Más cercanos, porque son humanos para los cuales tropezar accidentalmente con capacidades especiales puede ser un drama, como es el caso de La Cosa y luego sería el de Hulk. Un mundo en el que dos superhéroes se convierten en monstruos acomplejados y rechazados, hijos, como la mayor parte de los supervillanos de la editorial, de los clásicos de la literatura de terror y de las películas de terror de los años treinta y cuarenta en Universal, que además inventaron los crossover antes que Marvel, pero también herederos de la fusión cinematográfica de los géneros de terror y ciencia ficción en el c...