¿De qué manera algo que en alemán se titulaba Goliath y Hércules acabó estrenándose en España como Goliath y la esclava rebelde?
Bienvenidos a La peor película de la semana. Hoy: Misterios del peplum, con una co-producción italo-francesa dirigida por Mario Caiano en1963, y un argumento que arranca con Alejandro Magno dando un paseo por las satrapías persas y tal.Y el reino de Lidia explotando la neutralidad pero gobernado por un sátrapa que está empeñado en convertirse en el tatarabuelo de todos los chaqueteros en el enfrentamiento entre Darío de Persia contra Alejandro el macedonio.
Y a partir de ahí, venga ración de planos de fotonovela.
Y túneles y pasadizos secretos, canon del peplum...
...para que los mandatarios corruptos se lleven a pasear el tesoro a espaldas del pueblo cuando las cosas se ponen difíciles, en plan finiquito.
Tras alguna que otra peleílla de espada, más fotonovela para presentar a la rubia de la historia.
En los peplum es canon que la morena, pelirroja o castaña sea la mala y la rubia la buena. Ésta concretamente es hija del sátrapa de no sé dónde (puse el piloto automático desde que empezaron a marear la perdiz en el diálogo...).
¡Y otro plano de fotonovela, amigos!
Llegados a este punto empiezo a preguntarme seriamente qué diablos estoy haciendo con mi vida, pero sigo porque soy un puñetero masoquista.
La buena noticia es que el montador ha ido a la escuela de la Flota estelar de Star Trek y Goliath se teletransporta directamente desde la despedida de la rubia en el campamento de Alejandro a la corte de Lidia. Deduzco que habrá sacado billete en el AVE para ir ahorrando metraje y secuencias de transición.
Por cierto, 20 minutos y la épica no está ni se la espera.
Eso sí, hemos llegado a lo que denomino plano de colleja-cabeza. El nombre responde a la aparición en el mismo de esa cabecilla canosa que se cuela por el extremo inferior derecho del encuadre como si invitara al espectador a una impropia interactuación física de maltrato al propietario de esa nuca.
Para empeorarlo la cabeza habla y dice: "¡Artafernes tiene razón, envía a otro!", parte de un diálogo repetitivo que lleva contando lo mismo desde hace 22 minutos con 17 segundos.
¡Artafernes, ruega por nosotros!
Acaba la secuencia y se va la colleja-cabeza...
¡Ahí van, hacia la gloria, cuatro o cinco años de formación en Arte dramático de una cabeza canosa!
Así mueren las leyendas. No somos nada.
Marchando una ración de caballos y jinetes por la espalda para que parezca que pasa algo.
Y el personal más pardillo siempre dispuesto a ir a gritar a un desfile y dejarse convencer por el canto de sirenas de los influencers.
Hablando de pringar... A ver, Goliath, muchacho, yo no operaría así con la piqueta tan cerca de la entrepierna. Vas camino de ser Premio Darwin del año... Y de tener que ir a visitar a un urólogo.
Volviendo al importante tema que nos ocupa, atentos a la indumentaria de plateado brillo que lleva uno de los fulanos que acompaña a Goliath en su misión de infiltración y rescate.
Y, por cierto, no he visto a Hércules por ningún sitio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario