En este último año, dos personas de uno de los círculos profesionales en los que me gano el pan han tenido la deferencia de calificarme con estos piropos, quizá desconociendo que me divierte coleccionarlos. Por tanto me veo obligado a agradecerles estos regalos con esta tostada calcinada que me he hecho esta mañana para desayunar.
Eternamente agradecido. Un abrazo de energúmeno y kamikaze.
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