Todo tiene un principio. Y un final. Y cuando vas al cine y se saltan toda la esencia de un personaje para meterte un morcillón de pancarta durante casi dos horas, no te queda otra que plantarte y decir lo que piensas.
Y ahí os dejo la viñeta del día, de los legendarios tiempos en que los comics se convertían en clásicos desde el mismo momento en que llegaban al quiosco.
Un saludo de mi parte a la Capitana Marivel.
Jim Starlin, ruega por nosotros.
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