lunes, 1 de enero de 2024

INMERSIÓN, MI PRIMER COMIC DE 2024

Empiezo bien el año leyendo una buena muestra de terror para las viñetas. 

Joe Hill se lanza a fondo con un homenaje a La Cosa de John Carpenter, todo el cine de Carpenter y el terror de H.P. Lovecraft, consiguiendo poniendo en las manos del siempre eficaz Stuart Immonen una oportunidad de oro para lucirse consiguiendo que el lector se sumerja en su mundo de sombras dominado por las superficies negras y con una definición visual que recuerda el cine de terror de los años ochenta.  

Inmersión tiene todos los elementos para ser mejor que el noventa por ciento de las películas con monstruo y las adaptaciones de las obras de Lovecraft al cine, y de paso se hace eco de esa continuación de La Cosa en el propio comic que propuso y publicó en viñetas John Carpenter invitando a los soviéticos a la fiesta. 

El equilibrio del tándem Hill/Immonen en la combinación del terror y la intriga alternando la propuesta visualmente espectacular con las conversaciones de los personajes en una dosificación ejemplar que para sí quisieran muchas películas, es un ejemplo de cómo rendir homenaje a un género desde la pasión del aficionado al mismo sin caer en el postureo fetichista ni tropezarse con el vano intento de reinventarlo para destacar y tirarse del tirante. 

Estos dos creadores se entregan en cuerpo y alma a sacar todo el partido a aquello que les entusiasma y como consecuencia de ello cada viñeta y cada página es al mismo tiempo una declaración de afecto a lo que les gusta y una labor creativa madura y sólida a años luz de los intentos oportunistas de infiltrados acomplejados en temas, géneros y personajes que en el fondo no les gustan que están intentando con singular torpeza reescribir el entretenimiento audiovisual de nuestros días consiguiendo principalmente sepultarlo bajo una lamentable montaña de propuestas sin personalidad, aburridas, repetitivas y torpes. 

Frente a ese paisaje devastado de los géneros en la mayor parte del cine y la televisión más comercial de nuestros días (en el cine independiente y de serie B menos atrapados por las macroinversiones del mundo blockbuster suena afortunadamente otra canción), Hill e Immonen nos proponen una inmersión total en las claves esenciales del género que aquí abordan desde el respeto a las mismas y a los lectores que van a consumir su producto, sin columpiarse en pancartas simplonas. 




Las mejores y peores series de 2023 por Miguel Juan Payán

TOP 2023 Cine - Mis mejores películas del 2023 por Miguel Juan Payán

domingo, 24 de diciembre de 2023

HOT WHEELS, AÑOS 50: FORD DEL 52 Y CHEVY DEL 56

 








CÓMIC: KA-ZAR EL SALVAJE

Repaso al tercer tomo de los editados por Panini de este personaje que nació a la sombra del Tarzán de Edgar Rice Burroughs cruzado con otra obra del mismo autor, La tierra olvidada por el tiempo. Selva, dinosaurios y un tipo con cuchillo, taparrabos y mascota, en este caso un tigre dientes de sable que responde por el nombre de Zabú.

En su principio y en la mayor parte de su recorrido en los años setenta y ochenta, KAZAR fue uno de los más claros herederos de la literatura pulp en los comics Marvel.

Confieso que tiemblo al pensar en lo que podría hacer Marvel Studios con él si le mete mano en una adaptación al cine, aunque este tomo ya me ha dado algunas pistas de la destrucción del personaje que podría producirse como resultado de tal encuentro.

Me explico. El tomo contiene los primeros doce números de la colección Ka-Zar el SALVAJE, publicados de abril de 1981 a marzo de 1982, y claramente los guiones de Bruce Jones están menos inspirados, por decirlo de una manera elegante, que los dibujos de Brent Anderson, superiores a la propuesta argumental dubitativa, irregular, no muy original y claramente fallida en su intento de replicar las claves del pulp que presentan los guiones. 

Lo curioso es que en esos guiones de anticipan muchas de las claves que están llevando al cine de superhéroes de Marvel Studios y de su competencia en DC Warner a desmoronarse en la pantalla y en la taquilla, incluyendo la Santísima Trinidad de metidas de pata de las últimas películas del asunto: chistes tontos, intento fallido de reconstruir al personaje básico dándole la vuelta al calcetín a base de añadirle por las bravas vulnerabilidad y lloriqueo romántico-existencialista de puerta de retrete y simplificación de las características originales del mismo: tiene una mascota (un felino dientes de sable devaluado a condición de gato doméstico) y se mueve por su selva peleando su plañidera lucha de sexos con su pareja (una Shanna devaluada a la versión más simple y estúpida de la compañera del héroe atractiva pero absolutamente torpe, lo cual la convierte en cliché poco interesante), convirtiendo sus originales peripecias del género de aventuras en una mala comedia romántica. Lo que viene siendo un WaititiThor. 

De manera que este tomo confirma que la defenestración de los personajes originales ya se producía en las viñetas antes que en el cine y viene de lejos, concretamente de principios de los ochenta. 


Resumiendo: tomo muy agotador de lectura, pero muy satisfactorio de dibujo, especialmente cuando dejan que Brent Anderson pueda soltarse en el reciclado argumentalmente flojo que hace Jones del viaje al infierno de Dante, lo mejor de las trescientas y pico páginas de esta edición, junto con sus propuestas visuales a lápiz incorporadas como complemento junto con dos innecesarios rellenos de las aventuras infantiles de Zabú copiadas de las películas de animalillos de Disney que nuevamente de salvan por el dibujo, en ese caso de Gil Kane, ilustrando otro amasijo de tópicos sentimentaloides de Bruce Jones en el guión.

 


Manga: Shark Panic, digna heredera de Tiburón en viñetas

  Está mañana llegaba a librerías uno de los mangas que con más interés esperaba en este verano: Shark Panic, de Tsukasa Saimura. Homenaje a...