Aprovechando que estamos en la semana de estreno de 28 años después, la película de Danny Boyle y Alex Garland, recomendó la caz y captura de esta interesante novela apocalíptica situada también en Gran Bretaña y que muchos años antes de que los dos cineastas empezaran su saga de infectados con 28 días después ya abordó un paisaje de caos y hecatombe mostrando como incluso la sociedad que presume de de la más civilizada del planeta puede precipitarse en tan solo unas horas a la barbarie y la involución, un tema este último que curiosamente está también muy presente en la tercera entrega de la saga cinematográfica que ahora acaba de estrenarse.
La diferencia: en la novela no hay infectados, sino un virus que contamina los sembrados de todo el mundo, empezando por China, y sumiendo al planeta en el hambre.
Ese paisaje de apocalipsis alimenticia está muy bien descrito y tratado con rigor geopolítico en la primera parte de la novela con un tono que haría merecedora a esta propuesta de ser adaptada al cine por Garland en un tono similar al que aplicó en su película Civil War.
En el centro de todo eso, dos familias se enfrentan a la hecatombe buscando sobrevivir a toda costa, poniendo a prueba todos los valores morales que dicen haber cultivado a lo largo de su vida, y dos hermanos se enfrentan intentando sobrevivir, abordando así el pulso entre dos decisiones que también se plantean en 28 años después: aislarse por miedo o interactuar plantando cara a la catástrofe y adaptándose a los cambios que plantea la nueva situación.
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