sábado, 6 de abril de 2024

CONAN RENACIDO: SEGUNDO ASALTO

 

La buena noticia del número dos de la nueva colección de Conan es que está a la altura del número uno y cierra trama haciendo gala del mismo vigor y energía que la anterior. 

Además cuenta con un invitado especial muy apreciado por seguidores de Robert E. Howard y del género de espada y brujería, cuya identidad obviamente no voy a revelar aquí, pero que cuenta con su propia subtrama y revela las buenas intenciones de los gestores creativos de esta nueva etapa de Conan respecto a la utilización y aprovechamiento de la mitología de la Era Hyboria. 

La mala noticia es que el próximo número, con arranque de nuevo arco argumental, no aparecerá en librerías hasta el mes de junio. 

Finalmente el respeto al personaje vuelve a convertirlo en una propuesta destacada a disfrutar en las viñetas de grapa. Ya era hora de que alguien escuchará a los aficionados en lugar de columpiarse en las pancartas. 


miércoles, 3 de abril de 2024

EL MONTACARGAS: LA SORPRESA DE UN POLAR FRANCÉS


Tarde de sorpresa con un buen "polar" francés: El montacargas (1962).

Nochebuena. 

Una mujer-enigma. 

Y un hombre atrapado. 






El círculo en el tren de juguete y en el nombre del bar en el que se produce el encuentro de los protagonistas, el ir y venir sobre el puente que conecta los mundos de los protagonistas, el subir y bajar del montacargas del título, marcan la pesadilla de intriga circular servida con un despliegue de sombras, luces y más sombras en bucle y un ejemplar uso del sonido en sus primeros minutos, progresando hacia el reinado de los silencios que cuenta mucho más sobre los personajes a través de lo que dicen con las miradas que desde sus palabras. 

Y además de todo eso está Lea Massari reformulando el arquetipo de la mujer fatal clásica del cine negro, porque Italia es bella, como dice a modo de despedida un gran Robert Hossein, que sostiene sobre sus espaldas y en una colección de primeros planos desde los que proyecta el miedo de la culpa perpetua del delincuente esta historia de un ex convicto obligado a ejercer como detective accidental. 



lunes, 1 de abril de 2024

EDWARD G. ROBINSON: AUTOBIOGRAFÍA. TODOS MIS AYERES

 


Un actor imprescindible del cine clásico, Edward G. Robinson, ya tiene editado en España el libro que se merecía: Todos mis ayeres. Una autobiografía, editado por Cult Books. Tal como me informa su traductora, gracias a la cual tenemos esta versión en castellano, Ananda Segarra, esta autobiografía: "Se publicó a título póstumo en 1974 y nunca ha sido traducida a ningún idioma. Es un documento muy interesante sobre un actor con una vida fascinante: la emigración desde Rumanía, sus inicios en Broadway, la llegada a Hollywood durante los albores del star system y la eventual «caza de brujas» de la que fue víctima". 

Libro muy recomendable no solo para aficionados y seguidores del actor, sino para cualquier interesado en zambullirse en las distintas épocas de Hollywood que Robinson vivió y quedan retratadas de forma reveladora en esa biografía. 



ARNOLD SCHWARZENEGGER HOMBRE-ANUNCIO

 Cada vez que enciendo la televisión me tropiezo varias veces con Arnold Schwarzenegger en bucle anunciando herramientas para todo tipo de chapuzas, arreglos y manualidades, lo que me ha llevado a recordar que ya hace años le daba al asunto, pero en japonés. 

Ignoro lo que anuncia pero se le ve contento al hombre. 



WESTERN. DUELO AL SOL: LA ROCA DE LA CABEZA DE INDIA

 




Texas. La Roca de la Cabeza de India. La flor del cactus. Y Jennifer Jones. 

Ejemplar comienzo de King Vidor para uno de los mejores westerns de la historia del cine: Duelo al sol (1946). 

La mitología del lejano oeste como sustituto de la historia en Estados Unidos.


domingo, 31 de marzo de 2024

COCHES. SEAT 600. UN CLÁSICO

 










DINOSAURIOS, EXTINCIONES Y FALDAS

 

El asunto Némesis. Una historia sobre la muerte de los dinosaurios, de David M. Raup, publicado por Alianza Editorial en 1990 (originalmente se publicó en el mercado anglosajón en 1986).

En el libro no sólo se plantea una curiosa teoría sobre las catástrofes provocadas en nuestro planeta por el impacto de cuerpos extraterrestres, sino que además se expone la existencia de una estrella compañera del sol, se abordan las distintas extinciones y se explica de una manera sencilla y clara, para todos los públicos, una visión de cómo las teorías científicas más atrevidas pueden chocar contra las más conservadoras, remontándose al duelo teórico entre Cuvier y Lyell.

Entre otras cosas sostiene el autor del libro que en el momento de mayor proliferación de dinosaruios en el planeta nunca hubo más de 50 especies distintas, habla de la mayor extinción de la historia, la del final del Pérmico, que acabó con un 96 por ciento de las especies, seguida por la de finales del Cretácico, que se saldó con la extinción de entre el 60 y el 80 por ciento de las especies marinas, y explica la curiosa teoría de la «correlación de tonterías», formulada por un profesor de Estadística de Oxford, G. Udny Yule. 

Según explica David M. Raup: «Casi todas las cosas que podemos medir a lo largo del tiempo están cambiando, ya sean los promedios de temperatura de la Tierra o los promedios del mercado de cotizaciones o la longitud de las faldas. De este modo, si nos fijamos en dos de estos registros, sean cuales sean, es muy probable que se correlacionen (positiva o negativamente): o los dos suben, los dos bajan, o uno sube y el otro baja. El profesor Yule utilizó varias décadas de registros británicos para demostrar que la esperanza de vida de la población en general aumentaba consecuentemente a medida que disminuía el número de fieles de la Iglesia anglicana. Y señaló que era una tontería afirmar que la salud pública en Gran Bretaña mejoraba a causa del descenso del compromiso con la religión organizada, o al revés. Empleando la lógica de la «tontería», ¿quién afirmaría que la fuerte correlación entre las tendencias al alza, tanto de la frecuencia de cáncer de pulmón en América como de la posesión de tostadores eléctricos, indica causa y efecto?».

GORGO, PRIMO DE GODZILLA


Teniendo en cuenta que tenemos otra vez a Godzilla recién llegado a la cartelera he dedicido rendirle homenaje nostálgico a aquellas otras tardes de domingo de los años sesenta y setenta que me pasaba o en un cine de sesión continua y programa doble o en alguna parroquia de mi barrio en la que pusieran alguna película para la chavalería por cincuenta o setenta y cinco pesetas. Precio módico, hablando de un primo de la lagartija japonesa sobrealimentada con nutritiva energía atómica: Gorgo. 

Gorgo, dirigida por Eugene Lourie en 1961, era una de las películas que solían poner en esas sesiones y es la que me he puesto yo esta tarde. Argumentalmente es una variante de King Kong, con unos marineros que capturan un bicho reptilesco primo del Godzilla y se lo llevan a Londres para exhibirlo en un circo. 

Mala idea.

El bicho tiene madre. Y la madre tiene muy mala leche, además de abultar cuatro veces más que el hijo. 
Resultado: destrozo total de la ciudad del Támesis, con especial atención a sus monumentos más carismáticos, naturalmente. 


¿Qué sería de estas películas de monstruos gigantes si las criaturitas no pudieran echar abajo los monumentos más postaleros de cada ciudad que visitan? ¿Acaso no son todas estas producciones con bicharracos gigantes cabreados una variante de las guías turísticas en clave destroyer?

 Pues eso.
Total, que la madre va a buscar al hijo a Londres y la lía parda. 
Mejor que las producciones japonesas sobre Godzilla y jugando con la situación ambigua del espectador frente al monstruo merced a incrementar la empatía con el bicho respecto a la fórmula de King Kong, haciendo que en lugar de un gorila peludo sea una madre lagarta que busca a su cría, y cambiando a la rubiales macizorra que ponía cachondo al primate por un niño que se identifica con la lagartija secuestrada
Gorgo empieza con un buen planteamiento de intriga en una isla reforzada por un paisajismo tenebroso.
Luego se entrega al habitual despliegue de efectos visuales y movilización de efectivos militares para combatir la amenaza siguiendo la pauta de las películas japonesas y las norteamericanas del mismo asunto producidas en la década de los cincuenta. 
Al final les sale una curiosa película de catástrofe en la que no queda una casa londinense en pie.
Asumo que el destrozo nos gustaba más a los chavales en aquellas sesiones de las que he hablado al principio que cualquier reflexión sobre la maternidad responsable o cualquier mensaje proto-ecologista que pudieran pretender sugerirnos los responsables de la película. La fórmula bicho grande y gritón destroza todo lo que se le pone por delante inspiraba incluso cierto afán emulador en la chiquillería al terminar la proyección.
Sospecho que por eso se daban tanta prisa los encargados de la parroquia en desalojar el lugar, no fuera que nos pusiéramos a buscar nosotros también a Gorgo destrozando el mobiliario circundante.
Una frikada bastante curiosa, imprescindible en toda buena Frikiteka.
Bueno, y además sale el Banco Español en Londres…


¡ROAD HOUSE 2024 ES UNA PARODIA!


 A ver, para quien no lo haya pillado: Road House 2024 es una parodia del cine de acción, y en esa clave está toda la película, desde el cartel a la interpretación de Jake Gyllenhaal y la aparición caricaturesca de Conor McGregor. 

Es puro cachondeo. 

Jake Gyllenhaal lo sabe. McGregor lo sabe. Muchos espectadores lo pillan.

Hay diálogo de metanarrativa para explicarlo en la niña de la gasolinera hablando del western y aludiendo al cambio de subgénero de la trama. 

Hay diálogo de Gyllenhaal con la dueña del bar aludiendo al absurdo obvio del nombre del bar: Road House. 

Y el barco en el que vive el protagonista se llama The Boat. 

Y hay un cocodrilo que se come a los "malosos" como si el Mcguffin de Peter Pan acompañara al protagonista para resolverle los asuntos pendientes persiguiendo al Capitán Garfio, quizá porque el propio protagonista de la película es también un tipo reticente a madurar.

Y el póster es un posado chulesco modo "macho man" de coña limonera que absolutamente nadie puede tomarse en serio si lo piensa detenidamente dos segundos, con esa mirada perdonavidas de Gyllenhaal. 


Me parece que está bastante claro que no se toman en serio, que son plenamente conscientes de que su propuesta es una gamberrada cachonda que se toma a broma en todo aquello en que la película original de Patrick Swayze se tomaba en serio. 

Y por eso, entre otras cosas, como por ejemplo que Gyllenhaal es mejor actor que Swayze, me parece mejor que su precedente. 

Gyllenhaal, uno de los mejores actores de su generación, ha hecho una comedia metiéndose un puñado de horas de gimnasio para subrayar el comentario sobre la hipertrofia muscular que se ha adueñado del cine de acción desde hace años, pero muchos quieren valorarla como si se hubiera puesto en serio a ser un imitador de Dominic Toretto. 

A algunos y algunas los árboles no les dejan ver el bosque. 

Y si alguien tiene curiosidad por leer algo más, os dejo el enlace de mi crítica en la web Accioncine: Crítica Road House De profesión duro ★★★½ (2024) - AccionCine

CLINT EASTWOOD CONTRA LA ARAÑA GIGANTE

 

Seguro que alguna vez han leído aquello de: "Matar moscas a cañonazos". 

Pues eso. 

Esta Semana Santa en la que, con Godzilla y King Kong: El nuevo imperio, los bichos gigantes se han adueñado de la cartelera cinematográfica compitiendo con los pasos de Semana Santa que el clima turbulento ha dejado salir de las iglesias, es bueno recordar los orígenes en el control de plagas gigantes de un grande del cine. 

Antes de ser Harry el Sucio, Clint Eastwood se dedicaba a ejercer como insecticida de bichos gigantes. 

La película es Tarántula (1955), dirigida por Jack Arnold, maestro en eso de sacar a los insectos de su tamaño para convertirlos en amenazas magnificadas para la especie humana. 

Me gusta pensar que ya en este mítico momento el Clint-insecticida dijo aquello de "Bicho, alégrame el día", pero no lo escuchamos porque llevaba el chisme ese puesto en la boca y además el avión hacía mucho ruido. 

Si tienen una araña en casa no lo duden: llamen a Clint. 



HOT WHEELS CUSTOM '77 DODGE VAN

 








sábado, 30 de marzo de 2024

TRATADO SOBRE LOS VAMPIROS, de Augustin Calmet

 

Un libro es siempre una sorpresa, y aquellos que no leen no saben lo que se pierden. Pero en el caso concreto de este Tratado sobre los vampiros del padre Augustin Calmet que ha traducido Lorenzo Martín del Burgo y en el que sospecho que le debemos mucha tarea de impulso en el proyecto editorial a Luis Alberto de Cuenca, prologuista del proyecto, cuya biblioteca personal ha suministrado al volumen algunas de las ilustraciones que adornan el texto, debo reconocer que me he llevado varias sorpresas a la vez.

La primera ha sido descubrir un texto que ciertamente sienta algunas bases del tema vampírico.

UPIROS, VAMPIROS, BRUCOLACOS


La segunda es que el tema vampírico, a pesar del título, no es el centro ni la parte más abundante de material tratado por el libro, sino sólo una especie de punto de partida para un tratado sobre la muerte y la vida después de la muerte según las distintas culturas y religiones. Siendo religioso, el autor no puede evitar decantarse por las opciones propias de su condición, esto es, del dogma católico, y es precisamente eso lo que aporta una segunda y tercera lectura del texto que quizá nos aleja del vampirismo propiamente dicho, o lo pone en un segundo término, pero al mismo tiempo le otorga un significado muy revelador sobre otros aspectos no menos interesantes y curiosos.

Dicho de otro modo: tras las anécdotas y casos narrados sobre revinientes, upiros, vampiros o brucolacos de Grecia, Polonia, Rusia, Hungría o Moravia, encontramos toda una abundante recopilación de opiniones y anécdotas y casos narrados sobre aparecidos y muertos que reviven que van desde el Antiguo y el Nuevo Testamento y la antigüedad griega y romana hasta el siglo de las luces y bien merecerían estar en un libro dedicado a repasar las peripecias de los muertos vivientes. Y es en ese viaje sobre los resucitados donde tropezamos con numerosa materia prima para la reflexión sobre distintos aspectos que lejos de quedar circunscritos a la temática vampírica van mucho más allá.

Para empezar, el tema de los vampiros, upiros, revinientes o brucolacos se me antoja que fue a mediados del siglo XVIII algo similar a la fiebre o moda de los ovnis en los años sesenta y setenta. Tienen ambos temas unos puntos en común muy curiosos que añaden cierto morbo sadomasoquista al ya de por sí sobradamente morboso enfoque del asunto en sí: nacen de una situación social relacionada con el enfrentamiento de las religiones -en el caso de los vampiros- o con la quiebra de las religiones tradicionales -en el caso de los ovnis-, y por otro lado incluyen el daño inflingido por el fenómeno extraño a los seres humanos, ya sea el mordisco que roba la sangre en el caso del vampiro o las abudcciones y la sondas anales en el caso de los ovnis.

DAN MÁS MIEDO LOS CAZADORES DE VAMPIROS QUE LOS VAMPIROS

Pero es que además de conocer las peripecias de San Macario resucitando muertos en plan Colombo para interrogarles y hacer justicia a los vivos, las muertes fingidas, o las hazañas de los archivampiros, que beben tanta sangre que hasta se les escapa por los poros, es decir, que sudan la sangre de otros (de la que para exorcizar el poder del chupacuellos hay quien da en hacer panecillos al pie de la tumba en plan menú degustación), llaman la atención otras cosas.

Por ejemplo, cuando se declaraba una epidemia de vampirismo en algún lugar, las autoridades daban en enviar al mismo para investigar a su propio equipo en plan Mulder y Scully de Expediente X, esto es: uno o dos oficiales, un cirujano… ¡y un verdugo!. Lo cual que ya de partida pensaban en ajusticiar a alguien como culpable, aquello de “todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contrario”. Y al final, claro, como también cuenta Calmet, dan más miedo los cazadores de vampiros que los supuestos vampiros propiamente dichos.

Lo bueno es que en el libro hay más cosas curiosas relacionadas con el concepto de la muerte en distintas fechas de la historia del hombre, siempre en relación con la mitología o la religión, y siempre utilizada como instrumento político. Es esto lo que hace de leer entre líneas una de las delicias de este libro, que nos permite deducir todo un trasfondo histórico en el que encontramos desde las dificultades y errores para diagnosticar la muerte (¿quizá aquí radica la reiterativa fórmula argumental de la novela de aventuras románticas de resucitar a personajes supuestamente fallecidos en capítulos previos como golpe de efecto narrativo?), hasta una clave de por qué en su adaptación del Drácula de Bram Stoker, Francis Coppola pintó a Van Helsing como un tipo de mucho cuidado, casi un villano, un cabrón con pintas en las antípodas de las venerables figuras de nigromantes de edad provecta tipo Gandalf o Dumbledore.

Claves, muchas claves y pistas para el lector atento, que quiera leer entre líneas y entender el papel que ha ejercido y ejerce el miedo a la muerte, al infierno, y el papel de Satanás en los enfrentamientos políticos y religosos de cada etapa de la historia del hombre (y en esto, ojo a la historia final, sobre el espíritu aparecido en Saint Maur des Fossés, porque en la manera de ser expuesta y casi violentamente rebatida por parte de Calmet y de un colega se encierra quizá todo el significado del resto de la obra).

Resumiendo: una gozada para quienes disfruten de la lectura y gusten de profundizar en la historia por cuenta propia y haciendo sus propias deducciones más allá de lo que pueda sugerir el libro… aunque finalmente sea más un tratado sobre la muerte que un tratado sobre los vampiros y quizá los “vampiroadictos” puedan sentirse un poco defraudados porque su tema favorito no sea protagonista en la función como pudiera deducirse por el título.

Ver el post: NUEVO MIGUEL JUAN PAYÁN BLOG: RETORNADOS, NO ZOMBIS: UNA DE LAS MEJORES DEL CINE Z (nuevomigueljuanpayancine.blogspot.com)


RETORNADOS, NO ZOMBIS: UNA DE LAS MEJORES DEL CINE Z



Por favor no me haga daño. Quiero ser normal. No me haga daño”.

Una de las mejores películas sobre zombis… o mejor dicho, sobre retornados.

El lenguaje y cómo lo usamos para manifestar e inducir el odio que amamantado por el miedo a lo desconocido, lo diferente, lo imprevisible es la dinamo de inteligencia emocional que late en el centro de esta historia diferente sobre resucitados, los que vuelven de la muerte, lo que Augustin Calmet en su Tratado sobre los vampiros, denominaba revenans. Ver el post: NUEVO MIGUEL JUAN PAYÁN BLOG: TRATADO SOBRE LOS VAMPIROS, de Augustin Calmet (nuevomigueljuanpayancine.blogspot.com)

Retornados (2013), de Manuel Carballo, es una película cuyas imágenes y diálogos cobran un significado muy especial en nuestro mundo posterior al encuentro global d toda la humanidad con la pandemia de COVID-19.

Su juego con el color entre exteriores e interiores, su descripción por temperatura de color de un mundo agotado, frío, desanimado, frente a los colores de una vida en el hogar intensa, que intenta esquivar la muerte y el odio que la rodea en el exterior, pero en torno a la que premonitoriamente van aumentando las partes de sombra, se ven de otra forma ahora. 


Lo mismo que el interesante dilema del hombre atrapado por el miedo propio y ajeno que nos plantea.

Cada vez es más difícil seguir sacando cosas interesantes al aparentemente agotado fenómeno de explotación de los muertos vivientes de George A. Romero, pero en Retornados (2014) Manuel Carballo y su equipo creativo supieron darle otra vuelta de tuerca al asunto, poniendo en primer término el drama intimista que evoluciona hacia el camino de la intriga, y dejando en segundo plano el sobrexplotado apocalipsis zombi.

Si a un infectado no se le inyecta proteína del retorno antes de 36 horas, la propagación del virus es imparable”.

El miedo vuelve a ser el tema protagonista en esta ficción que anticipó algunas claves de la nueva realidad social que estalló en marzo de 2020, y sobre la cual todavía hoy faltan tantas cosas por aclarar.

Inquieta el cine cuando exhibe su poderosa capacidad para anticiparse a su inmediato futuro con imágenes y palabras de preocupante capacidad premonitoria.

El gran acierto de esta propuesta es su capacidad para trasladar el origen del terror en el relato hacia el miedo que da de mamar a la intolerancia, de manera que su argumento rompa las barreras del argumento zombi para ser aplicable a cualquier otro problema social en el que esta sea la principal antagonista.

Su aplicación de la alteración del tiempo del relato en momentos clave es todo un ejemplo de imaginación a la hora de tratar las fórmulas para jugar con el ritmo del relato, junto con ese revelador plano de movimiento de cámara desde el lugar en el que se encuentran ellos hasta el lugar en el que se encuentran ellas en la casa de los amigos.

Y todo eso con un gran guión, diabólico en su brillante manera de manejar los giros finales. 




THE BEAR EN MADRID Y EL UNIVERSO DEL ESPEJO


¿LA FICCIÓN SE INFILTRA EN LA REALIDAD O LA REALIDAD SE INFILTRA EN LA FICCIÓN?

Es lo que me pregunté el otro día al ver esta foto tomada de la serie The Bear y usada como anuncio para reclutar personal en un restaurante del centro de Madrid. 


¿Somos verdad nosotros o nuestras ficciones son ya más verdad que nosotros? 
Y no me refiero solo a las mentiras que nos contamos cada mañana para salir de la cama y seguir dándole al remo de la vida como si no pasara nada, sino a esa forma de mirar y ver las ficciones como una deseable prolongación de nuestra vida más interesante que nuestras vidas. 


¿Somos la realidad o la realidad está al otro lado de las superficies que reflejan nuestro torpe andar por los escombros de nuestros días?







Quizá estamos entendiendo mal todo este asunto de aprovechar nuestro tiempo vivos más allá de limitarnos a seguir respirando y a estas alturas solo somos ya una pandilla de huevos rotos que nunca van a convertirse en tortilla por sus continuos desencuentros con las patatas. 


Vaya, de repente me han entrado muchas ganas de volver a ver todos los capítulos de Universo del Espejo en las series de Star Trek. 





HOT WHEELS HEMI CUDA CHRYSLER