miércoles, 29 de mayo de 2024

FILM NOIR, de María Negroni


 Una de las mejores propuestas para introducir el cine negro sin olvidar sus importantes raíces literarias y buceando sobre todo en su poética y su filosofia dd la decadencia y la podredumbre como emblemas. 

Libro breve pero mucho más interesante y profundo que otros de mayor número de páginas cuyo volumen y aspiraciones de contarlo todo sobre el tema no corresponden con su realidad. 

Negroni además riza el rizo incorporando su visión personal al asunto y abre así muchas vías de reflexión al lector desdoblado en espectador a través de su pericia y sabía  sencillez pedagógica para abordar claves de los títulos mas significativos del género. 

Los no iniciados en el cine negro tienen con este libro una oportunidad única de dejar de serlo y poder empezar su propio camino del mismo con conocimiento de causa. 

Basta que lean este libro y vean Perdición, la película de Billy Wilder que, como justamente apunta Negroni, es un ejemplo completo de todos los rasgos esenciales del cine negro, para empezar a respirar todas las esencias de es Film Noir que titula este ejemplar trabajo. 

domingo, 26 de mayo de 2024

GHOST MACHINE: GEIGER, ROOK, RED COAT



El fenómeno más interesante y recomendable del cómic estadounidense en estos momentos no está en Marvel ni en DC, sino en Ghost Machine y en Image. 
Es la consecuencia lógica de la sequía de imaginación y la banalidad de las "nuevas-viejas" ideas de las editoriales más poderosas para seguir ordeñando unas franquicias y unos personajes clásicos a los que en general no han respetado como no respetan a sus seguidores. 
Mientras muchos consumidores de viñetas se giran hacia el manga como alternativa válida para seguir disfrutando sus ratos de ocio dedicados a la lectura de cómics, un grupo de creadores que realmente parecen apasionados por su trabajo y saben que su trabajo es darle al lector un buen rato de entretenimiento de calidad, sin intentar adoctrinarlo con pancartas pobremente perpetradas, afirman haberse asociado bajo la premisa solidaria de respetar los derechos del creador sobre sus creaciones. 
Es un punto de partida esencial que define la seriedad con la que se emprende este camino, al contrario de otras empresas que tienen a sus espaldas una larga trayectoria de expolio del talento de sus creativos sin que ello les impida subirse al carro de la propaganda de valores en los cuales esa actitud depredadora deja claro que no creen. 


Así que muy atentos a la propuesta porque incluye dos de las novedades de las viñetas estadounidenses más divertidas que se han editado este año, la continuación de la colección Geiger y la presentación de la colección Rook, en las que se dan cita fusiones sólidas y espectaculares de ciencia ficción, aventura, supervivencia,  catastrofismo y terror, presentando todo un nuevo universo de personajes frescos desarrollados por algunos de los mejores creadores, guionistas y dibujantes, entintadores y coloristas de nuestros días, capitaneados por un pletórico Geoff Johns y unos espectaculares Jason Fabok y Gary Frank.





El buen cómic estadounidense de grapa ha vuelto y vale cada moneda que inviertas en él. 
Una gozada en la que incluso la propuesta ligeramente más floja frente a las anteriores, Red Coat, proporciona un buen rato de entretenimiento y además promete ir a más.
 








sábado, 25 de mayo de 2024

007 HOT WHEELS: GOLDFINGER

Esta mañana he completado unidades de mi colección de Hot Wheels de 007. Y tenía el Lincoln Continental de Auric Goldfinger y me faltaba el Aston Martín de James Bond. Ahora el dúo está completo. De momento no los libero.









viernes, 24 de mayo de 2024

"THE WALKING DEAD" CON BORIS KARLOFF: EL OTRO FRANKENSTEIN

     

Antes de The Walking Dead, la serie, ya estuvo esta The Walking Dead (1936) que dirigió Michael Curtiz y protagonizó Boris Karloff. 

                                                 El otro Frankenstein. 

    Intento de la Warner de mojar pan en el guiso de monstruos de Universal Studios, productora que acababa de ganarse tres estrellas Michelin de la gastronomía del horror cinematográfico y de paso se había forrado la faltriquera con La novia de Frankenstein (1935), reclutando a "el Karloff" para que volviera a ejercer de resucitado con cara de pocos amigos. 


A los de Warner se les ocurrió que era una brillante idea fusionar la fábula modo Frankenstein con sus exitosas peripecias de gánster y que así habían descubierto la pólvora. 
Pero tampoco fue para tanto. 
Pusieron a dirigir el asunto a un Michael Curtiz al que se le daba mejor hacer funcionar el florete y las cabriolas románticas del pirata Errol Flynn con Olivia De Havilland en El Capitán Blood (1935) que meterse en guisos de miedo, así que se sacó el asunto de encima como si le quemara tocarlo. 
Lo que viene siendo en 18 días de rodaje y con una falta de pasión que se reviste con insolencia de fría eficacia narrativa sin complicarse la vida. 
Traducido: a tomar viento toda la puesta en escena inquietante, el juego -y el jugo- con las luces y sombras y los decorados practicado con pericia y talento en las producciones de Universal por gente más adicta y entusiasta del género como Tod Browning y James Whale, director de las dos primeras películas de Frankenstein.






Hay algunos planos curiosos para que Curtiz pueda dejar claro que anda por ahí mirando por el objetivo de la cámara en lugar de pasarse todo el día leyendo la hoja parroquial de la iglesia de su barrio en Budapest, donde había venido al mundo en 1886 con el nombre de Manó Kaminer. 




El resto alarde de mimetización de la herencia del expresionismo alemán pasada por el filtro blanco descafeinado de los artificios hollywoodienses...


... falta de granujería para montar el suspense que incluso exhibe la inoperancia del ejecutante para aprovechar una ocasión obvia de implicar al espectador en la intriga jugando la información (otro que no tomó apuntes en clase el día que Alfred Hitchcock se pasó a explicar las claves del asunto). 
A ver, llevar a la enfermera de la puerta al biombo con sombra incluida para marcar que al otro lado del biombo hay sorpresa, vale. 



¡Pero enseñarnos luego la cama vacía del protagonista que se ha largado a dar una vuelta en plano general y antes de tiempo, sin corte, muy mal!



Falta ahí algo: 1.- Jugando con el plano secuencia, un movimiento de cámara que siga a la enfermera de espaldas hasta la ventana desde el biombo preparando y potenciando el momento de mostrar la cama vacía. 
2.- Tirando de montaje jugar con el corte y organizar en edición el efecto de sorpresa, algo que ciertamente era menos habitual a principios de los treinta, sobre todo antes de que Orson Welles le diera una patada a la caja de herramientas del lenguaje cinematográfico en su Ciudadano Kane (1941). 
De otro modo queda todo muy plano, poco interesante y con el espectador convertido en mueble secuestrado en la butaca sin participar en el asunto. 
Eso sí, Curtiz le da algo más de vidilla al ritmo del asunto cuando se hincha a meter zoom in y zoom out e incluso articula una transición curiosa para acelerar el tiempo asociando el zoom in al zoom out con fundido encadenado en medio, sacando del plano al abogado corrupto, antagonista principal, para meter en el plano siguiente al fiscal íntegro. Pero como lamentablemente eso no sirve más que para acelerar la narración con una transición y jugar la elipsis sin respaldar contenido alguno, es como echarle margaritas a los gorrinos. 
El trabajado movimiento de péndulo entre la corrupción y la honestidad, el crimen y la ley, queda privado de contenido y por tanto no va a ningún sitio. 







Al menos Curtiz le da unos cuantos primeros planos a Boris Karloff para demostrar una vez más que con muy poco y una sola mirada este señor era capaz de decir mucho, dentro o fuera del terror, por ejemplo en toda la secuencia en la que está esperando que se lo lleven a la silla eléctrica para pagar por un crimen que no ha cometido, lo cual no deja de encerrar una tibia y quizá incluso accidental pincelada de crítica a la pena de muerte. 



Lo peor es un desenlace que encadena muertes ridículas y una venganza-no venganza que intentas al mismo tiempo salvar la ética del protagonista y ejecutar a los antagonistas de la manera más absurda y estúpida posible, invitando a la carcajada. 
Cada muerte es puro esperpento. 
Pero tiene dos momentos míticos para los coleccionistas de cine freak. 
La presentación del mecanismo Lindbergh para mantener latiendo el corazón de los pacientes durante una intervención quirúrgica (no es broma: es real). 

Y el plano de lo que claramente parece una radiografía en la que el corazón del protagonista vuelve a latir, una delicia para toda horda gritona de espectadores frikis reunidos en cónclave para pasarse un rato de cachondeo a costa de lo que pasa en la pantalla en cualquier festival de cine de serie B a la serie Z. 
¡Esto sí es una Corazonada y no la de Francis Coppola!










viernes, 17 de mayo de 2024

KING KONG DE BOTELLÓN: UNA EXCLUSIVA DEL CORONEL MORTIMER

El Coronel Mortimer, nuestro corresponsal en la Isla del Cráneo, nos trae este escalofriante documento gráfico: King Kong agarrándose una mona en medio de la calle en:







 Y luego a un after










Como diría Bruce Lee: no hay quien enderece a este muchacho




KAIJU NÚMERO 8: TOMO 11

  La colección alcanza mayor velocidad y trepidación llegados a este número 11 que salió a la venta el pasado martes.  En el mismo se desarr...